Había
una vez dos chanchitos, uno se llamaba Ping y el otro Pinqui. Al primero le gustaba el lodo, en cambio al segundo el agua; los dos chanchitos vivían
en la ciudad Pinky . Un día Ping salió a
jugar al lodo y Pinqui se quedó en casa durmiendo. Pasó la tarde y Ping decidió volver a
casa. En la noche cuando estaban a
punto de acostarse su papá les dijo:
mañana nos iremos al campo.
Los chanchitos tan emocionados no
pudieron conciliar el sueño, pero cuando al fin lo hicieron, soñaron con el día
de campo que pasarían.
Al día siguiente
muy temprano empezó a llover y Pinqui
dijo: nuestro día de campo está arruinado, pero, Ping dijo: para mí no hay problema, cundo deje de llover jugaré en el lodo. Pinqui estaba triste y su mamá le dijo: otro día iremos de campo y pinqui comprendió lo que su mamá
le decía y no insistió.
Ping le dijo a
su hermano: papá me dijo que mañana
iremos al rió;
bromeas refirió Pinqui,
pero al siguiente día éste disfrutó
mucho del río.
Después de ese día de
una forma inexplicable las lluvias desaparecieron y llegaron los días más secos que la aldea hubiera
soportado. Ping y Pinqui estaban muy
tristes, no podían jugar en el agua ni en el lodo. Después de una semana, cuando la situación se
puso irresistible y después de una plática entre hermanos recordando lo que un
día les contó su abuelo sobre un hada que puede hacer llover.
Los
chanchitos pidieron permiso a sus
padres para ir en la busca de la lluvia.
Está bien, pueden ir, replicó el padre, después de mostrarles los grandes
peligros, confío en ustedes. Ellos empezaron con su búsqueda, primero
se encontraron con el tigre feroz quien
intento comerlos, pero para su buena suerte hubo un torbellino que
arrasó con el tigre feroz, los chanchitos se ocultaron en una cueva y allí pasaron la noche.
Al día siguiente se levantaron muy temprano y siguieron
buscando es cuando se encontraron con la serpiente venenosa quien trató de
inyectarles veneno, al ver el peligro Ping agarró una vara puntiaguda y picó a
la serpiente y corrieron.
En el camino
se encontraron con el dragón que botaba fuego, estaban tan cansados que no le
fue difícil al dragón tragarles.
Dentro
del dragón Ping hirió al animal con el
palo y esto hizo que el dragón los expulsara.
Después de tanto caminar y cuando ya se querían dar por vencidos, por
fin encontraron a la madre naturaleza y los
chanchitos le pidieron lluvia y la madre naturaleza les dijo: deben
traerme un diamante color verde, una flor amarilla y un vaso con agua del
oasis perdido. Después de una larga semana encontraron los
tres mandados y la madre naturaleza hecho agua a la flor, ésta voto un
polvo que cayó en el diamante y entonces
la madre naturaleza les dijo que cuando llegaran a casa llovería.
Efectivamente, cuando llegaron y
estuvieron junto a su padres muy felices por su regreso, empezó la lluvia.
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