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domingo, 22 de diciembre de 2013

RESULTADOS PISA Y EL ROL DEL DOCENTE



Desde hace mucho tiempo, la preocupación por el desarrollo de las capacidades lectoescriturales, matemáticas y científicas  en los estudiantes de la EBR ha sido el centro de atención en todos los niveles educativos de nuestro país, sobre todo, cada vez que aparecen los resultados PISA (Programa para la Evaluación Internacional de estudiantes). 
A pesar del poco o mucho esfuerzo que se hace por mejorar la condición de los estudiantes, los resultados aún son desalentadores, como se demuestra con las conclusiones PISA del 2012, donde nuestro país alcanzó, para variar, el último lugar.
Este resultado supone, que Perú nuevamente descendió a  la cola en la que estaba ubicada años antes, y de donde solo el 2008 pudo salir, gracias a que alcanzó el puesto 62 de 65 países inscritos  para rendir esta prueba, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
La polémica que el tema genera, se avivó en estas últimas semanas y ha puesto nuevamente en tela de juicio la labor de los docentes peruanos, quienes a través de las redes sociales y otros medios  tratan de responder a los múltiples cuestionamientos, buscando justificar y culpando de la catástrofe educativa a cualquiera, que no sea él mismo; lo que demuestra que, mientras  los docentes sigan pensando que la cosa no es con ellos, la realidad seguirá siendo la misma.
Para Trahtemberg, si no hay una reforma del Estado, la educación peruana no tendrá opción. Esta reforma a la que el consultor hace referencia, incluye entre otras cosas, a los docentes; quienes aunque muchos no quieran reconocerlo, tienen una dosis de responsabilidad en el asunto, puesto que mientras ellos sigan “enseñando” en las aulas como hace 30 años y no se den cuenta de la gran revolución educativa y social que se vive en la aldea mundial y por ende en nuestro país, todo seguirá como hasta ahora.
Esta revolución educativa que tiene a la mayoría de docentes fuera de contexto, arcaicos y además completamente desconectados de sus discípulos, es para muchos un dolor de cabeza, y ha generado en las aulas un divorcio tremendo, porque,  mientras los estudiantes tienen necesidades de aprendizaje activas,  interactivas y no lineales, los docentes ofrecen el mismo menú de hace 20, 30 y hasta 40 años a atrás. 
Para  Julio Cabero Almenara la  sociedad de hoy no es la misma que la de hace  años y por lo tanto la educación tampoco debe serlo.  Es por ello  que debe replantearse nuevas formas o estrategias para llegar al estudiante.
La postmodernidad ha traído consigo muchas herramientas tecnológicas que pueden despertar en él mucho interés por el estudio, conviene entonces, considerar esas herramientas; pero, como sostiene Cabero, no para ser usados exclusivamente como instrumentos transmisores de información, reemplazar una pizarra, sino más bien como instrumentos de pensamiento y cultura,  que expandan las habilidades intelectuales y sirvan para representar y expresar los conocimientos. En la medida que esto suceda y,  docente - estudiante se encuentren sintonizados en la misma frecuencia, las cosas comenzarán a tornarse diferentes.
Para lograr esto se necesita mucha voluntad por parte del estado que juega un papel crucial en este proceso.  No solo por la mayor atención que tiene que brindar a los docentes, capacitándolos, sino, porque tiene que ir dotando de más herramientas tecnológicas a las I.E., puesto que está más que comprobado que despiertan y mejoran grandemente el rendimiento de los estudiantes.
Del mismo se necesita  la voluntad de los docentes, quienes comprendiendo su rol, deben abrirse a nuevas experiencias y posibilidades para apropiarse de otras estrategias que puedan darle mejores resultados que los que han obtenido hasta el día de hoy;  por el bien de todos aquellos que son su razón der ser. 

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