A través de la historia conocemos de la existencia de muchos líderes con cualidades, habilidades y condiciones acordes a su época; desde líderes despóticos y dominantes hasta los de la “Nueva Edad”.
A medida que pasa el tiempo y frente a los vertiginosos cambios de la ciencia y la tecnología y frente a un mundo cada vez más competitivo y globalizado, se ha ido exigiendo a los líderes muchas más condiciones que ayuden a lograr metas trazadas, solucionar problemas, en otras cosas; Es decir que estamos en busca del líder de excelencia. Aquel que tenga la capacidad de un jefe para guiar y dirigir y de influenciar e inspirar confianza en los demás, capaz de dar mucho de si, por el bienestar de la organización que lidera
El término liderazgo se ha puesto hoy en día muy de moda, llegando a convertirse en un término bastante comercial y que despierta el interés de muchos. Es así que desde la escuela se incentiva a los niños y niñas a potenciar sus condiciones de líder y muchos son los padres que desde muy temprana edad matriculan a sus niños y jóvenes en cursos donde desarrollen o potencien estas condiciones. Por ello no es novedoso para nadie ver que día a día crece la demanda de academias que ofrecen convertir a niños, jóvenes y adultos, en tiempo record, en los ansiados líderes que necesita nuestro país y por ende nuestra región.
A medida que pasa el tiempo y frente a los vertiginosos cambios de la ciencia y la tecnología y frente a un mundo cada vez más competitivo y globalizado, se ha ido exigiendo a los líderes muchas más condiciones que ayuden a lograr metas trazadas, solucionar problemas, en otras cosas; Es decir que estamos en busca del líder de excelencia. Aquel que tenga la capacidad de un jefe para guiar y dirigir y de influenciar e inspirar confianza en los demás, capaz de dar mucho de si, por el bienestar de la organización que lidera
El término liderazgo se ha puesto hoy en día muy de moda, llegando a convertirse en un término bastante comercial y que despierta el interés de muchos. Es así que desde la escuela se incentiva a los niños y niñas a potenciar sus condiciones de líder y muchos son los padres que desde muy temprana edad matriculan a sus niños y jóvenes en cursos donde desarrollen o potencien estas condiciones. Por ello no es novedoso para nadie ver que día a día crece la demanda de academias que ofrecen convertir a niños, jóvenes y adultos, en tiempo record, en los ansiados líderes que necesita nuestro país y por ende nuestra región.
Las ofertas de convertir a cualquier persona en los líderes que exige la sociedad son muy tentadoras motivadoras y hasta alentadoras, pero, ¿sólo necesitaremos dinero, para pagar una academia y un poco de entusiasmo para llegar a ser líderes de excelencia en tan poco tiempo, o es que acaso necesitamos algo más? ¿los líderes nacen o se hacen?
Aristóteles en su obra “La Política”, sostiene que en las sociedades los hombres han nacido, unos para mandar y otros para obedecer. Defiende con ello las habilidades intrínsecas con las que cada persona nace. Si bien es cierto que para ser un líder necesitamos motivación, conocer nuevas tecnologías, moralidad, y muchas otras habilidades que aprendemos y recibimos como influencia del entorno, ser un líder es mucho más que eso, implica haber nacido con ciertas condiciones especiales que con el paso del tiempo se van potenciando. Prueba de ello es que inclusive en el nivel inicial encontramos niños que muestran cierto liderazgo y se convierten en niños especiales capaces de liderar y de ejercer mucha influencia sobre el resto. Estas características sumado a una buena formación cognitiva, afectiva, social y moral dará como resultado el líder de excelencia. Considero entonces de que el líder nace ya con ciertas condiciones y que su formación le ayuda desarrollarse como tal, como un líder. Si esto no fuera así, con tantos lugares que ofertan formarlos, estaríamos por todos lados colmados de ellos como los que reclama la sociedad moderna; o lo que es más no estaríamos hoy en día viviendo una crisis de líderes.
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