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domingo, 27 de octubre de 2024

 ¿PROTECCIÓN O PERMISIVIDAD? LA ENCRUCIJADA DE LA DISCIPLINA ADOLESCENTE EN PERÚ


Mg. Erika del Milagro Lozano Flores

INTRODUCCIÓN

 

En los últimos años, se ha observado un aumento en los problemas de conducta entre los adolescentes en Perú. Estas conductas, que van desde la desobediencia hasta actos delictivos, han generado preocupación entre padres, educadores y autoridades. Un factor clave en este fenómeno es la percepción de que las leyes destinadas a proteger a los menores pueden estar contribuyendo a una falta de disciplina y respeto hacia la autoridad. Las leyes como la Ley N° 30403, que prohíbe el uso de castigos físicos y humillantes, y la Ley 30364, que busca prevenir la violencia familiar, han sido fundamentales para proteger los derechos de los niños y adolescentes. Sin embargo, estas normativas también han limitado la capacidad de los padres y educadores para corregir y disciplinar a los jóvenes de manera efectiva.


La incidencia de problemas de conducta en adolescentes es alarmante. Según datos del Ministerio de Educación del Perú, los casos de indisciplina escolar han aumentado en un 15% en los últimos cinco años (MINEDU, 2023). Además, estudios del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) revelan que el 68.9% de los niños de 9 a 11 años han experimentado algún tipo de violencia psicológica y/o física en el hogar, lo que refleja tanto un problema de indisciplina y violencia como una respuesta inadecuada a las leyes de protección (INEI, 2022). Ante este escenario, surge una pregunta crucial: ¿Están las leyes de protección a la infancia, diseñadas para garantizar el bienestar de los menores, contribuyendo involuntariamente a este incremento en los problemas de conducta al limitar las herramientas de disciplina disponibles para padres y educadores?

La respuesta a esta pregunta parece ser compleja y multifactorial. Si bien estas leyes son fundamentales para proteger los derechos de los niños y adolescentes, su implementación podría estar generando un efecto no deseado al dificultar el establecimiento de límites claros y el fomento de valores como el respeto y la responsabilidad. Por lo tanto, es necesario replantear las estrategias de disciplina y educación para encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos de los menores y la necesidad de establecer un marco de normas y límites que permita su desarrollo integral. A continuación, se explorará esta problemática, analizando los posibles impactos de las leyes de protección en la conducta adolescente y proponiendo alternativas que permitan conciliar ambos objetivos.

 

DESARROLLO

 

I.     ANÁLISIS DE LAS LEYES DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA

Las leyes de protección a la infancia, como la Ley N° 30403 que prohíbe el uso de castigos físicos y humillantes (Congreso de la República, 2015), y la Ley 30364 que establece medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia familiar (Congreso de la República, 2015), han sido un avance significativo en la protección de los derechos de los niños y adolescentes en Perú. Sin embargo, su implementación ha generado debates sobre su impacto en la dinámica familiar, escolar y social.

 

1.1.          IMPACTO EN LA DINÁMICA FAMILIAR

 

Miedo a la denuncia: El temor a ser denunciados falsamente ha llevado a algunos padres a autocensurarse y evitar cualquier tipo de corrección, por temor a ser acusados de maltrato. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) revela que el 30% de los padres encuestados se sienten limitados en su capacidad de disciplinar a sus hijos debido al miedo a las denuncias, lo cual contraviene el principio de corresponsabilidad parental establecido en el Código de los Niños y Adolescentes (Ley N° 27337).

 

Pérdida de autoridad: La percepción de los adolescentes de que los adultos han perdido autoridad ha fomentado conductas desafiantes y falta de respeto. Un estudio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) encontró que el 25% de los adolescentes encuestados consideran que sus padres ya no tienen el derecho de imponerles límites, lo cual contradice el derecho de los padres a educar a sus hijos, establecido en el artículo 74 del Código de los Niños y Adolescentes.

 

Sobreprotección: La sobreprotección, entendida como la protección excesiva que limita la autonomía del niño, puede tener consecuencias negativas en su desarrollo, al dificultar el aprendizaje de habilidades sociales y la resolución de problemas. Este exceso de protección puede ir en contra del principio de autonomía progresiva del adolescente, reconocido en el mismo código.

 


1.2.          IMPACTO EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

 

Las leyes de protección también tienen un impacto significativo en el entorno escolar. La Ley N° 30403 prohíbe explícitamente los castigos físicos y humillantes en el ámbito educativo. Sin embargo, esta normativa puede limitar la capacidad de los maestros para imponer disciplina. Los maestros a menudo se sienten restringidos debido al miedo a las denuncias por maltrato, lo que puede llevar a un ambiente escolar donde los estudiantes sienten que pueden actuar sin consecuencias.

 

En 2021, un maestro en una escuela de Arequipa fue sancionado por levantar la voz a un estudiante que estaba perturbando la clase. Este caso generó un debate sobre los límites de la corrección verbal y la efectividad de las estrategias disciplinarias en el ámbito educativo (El Comercio, 2021). Según un informe del Ministerio de Educación, los casos de indisciplina escolar han aumentado en un 15% en los últimos cinco años, en parte debido a la percepción de los estudiantes de que los maestros no pueden aplicar medidas disciplinarias estrictas (MINEDU, 2023).

 

Como parte del impacto se observa:

 

Cambios en las prácticas disciplinarias: Los maestros han reportado una mayor dificultad para mantener la disciplina en el aula debido al temor a ser acusados de maltrato. Un estudio del Ministerio de Educación revela que el 40% de los maestros encuestados consideran que las nuevas leyes han limitado sus opciones disciplinarias, lo cual puede afectar el derecho de los estudiantes a recibir una educación de calidad, tal como se establece en el artículo 423 del Código de los Niños y Adolescentes.

 

Clima escolar: El clima escolar se ha visto afectado por la incertidumbre sobre los límites de la autoridad docente. Los estudiantes perciben una mayor permisividad y esto ha contribuido a un aumento de los conflictos y la violencia escolar, lo que vulnera el derecho a un ambiente seguro y propicio para el aprendizaje, establecido en el mismo código.

 

Desafíos para los educadores: Los maestros enfrentan el desafío de encontrar estrategias disciplinarias efectivas que respeten los derechos de los estudiantes y al mismo tiempo mantengan un ambiente de aprendizaje seguro y ordenado.

 

1.3.          IMPACTO EN LA SOCIEDAD

 

El efecto de estas leyes no solo se limita al ámbito familiar y escolar, sino que también tiene implicaciones más amplias en la sociedad. Un aumento en los problemas de conducta entre los adolescentes puede llevar a un incremento en la delincuencia juvenil y otros comportamientos antisociales, lo que a su vez afecta la cohesión social y la seguridad pública. Según un informe del Observatorio Nacional de la Criminalidad del Ministerio del Interior, los delitos cometidos por menores de edad han incrementado un 25% en los últimos cinco años (MININTER, 2023).

 

La percepción de impunidad y la falta de consecuencias puede fomentar una cultura de desobediencia y falta de respeto hacia la autoridad. Esto no solo afecta la convivencia en los hogares y escuelas, sino que también puede tener repercusiones en la vida adulta de estos jóvenes, dificultando su integración en la sociedad y aumentando las tasas de criminalidad. Según Pérez (2022), "la falta de una disciplina adecuada durante la adolescencia puede tener consecuencias a largo plazo, afectando la estabilidad social y económica del país".

 

II.             PERCEPCIÓN DE LOS ADOLESCENTES SOBRE LAS LEYES DE PROTECCIÓN

 

Los adolescentes, al ser más conscientes de sus derechos, pueden interpretar las leyes de protección como un escudo contra cualquier forma de disciplina. Un estudio del Instituto de Estudios Peruanos reveló que el 45% de los adolescentes encuestados creen que sus padres no pueden castigarlos debido a las leyes de protección (IEP, 2023). Esta percepción puede llevar a comportamientos desafiantes y a un aumento en los problemas de conducta.

Como destacó García (2023), "las leyes de protección de los menores son esenciales para garantizar su bienestar, pero también deben equilibrarse con la necesidad de mantener la disciplina y el respeto en el hogar". En la misma línea, López (2022) argumentó que "es fundamental que los adolescentes entiendan que tener derechos no significa ausencia de responsabilidades y límites".

 

Algunas reacciones de los menores frente a las leyes de protección son:

 

Sensación de Protección: Muchos adolescentes valoran positivamente estas leyes porque sienten que sus derechos están protegidos. Saben que tienen un respaldo legal en caso de maltratos o abusos, lo que les brinda una sensación de seguridad y justicia.

  

Autonomía y Empoderamiento: Las leyes que prohíben los castigos físicos y humillantes pueden ser vistas como un reconocimiento de su autonomía y dignidad. Esto puede empoderar a los adolescentes, haciéndolos sentir que sus opiniones y sentimientos son válidos y respetados.

 

Confusión y Desafío a la Autoridad: Por otro lado, algunos adolescentes pueden interpretar estas leyes como una oportunidad para desafiar la autoridad de sus padres y maestros. La falta de castigos físicos puede ser percibida como una disminución del poder disciplinario de los adultos, lo que a veces puede llevar a comportamientos desafiantes.

 

Percepción de Injusticia: Existe también una percepción entre algunos adolescentes de que las leyes pueden ser utilizadas de manera injusta, por ejemplo, para manipular situaciones o evadir responsabilidades. Esto puede generar desconfianza hacia las autoridades y el sistema legal.

 

III.              ESTRATEGIAS PARA EQUILIBRAR PROTECCIÓN Y DISCIPLINA:

Para conciliar la protección y la disciplina, es esencial:

 

• Comunicación abierta: Establecer diálogos claros y sinceros entre padres, maestros y estudiantes.

   Disciplina positiva: Usar técnicas de refuerzo positivo y evitar castigos físicos.

•  Educación emocional: Integrar programas para desarrollar habilidades sociales y emocionales.

•   Apoyo psicológico: Ofrecer servicios de apoyo para estudiantes y familias.

•  Capacitación: Proveer formación continua en manejo de conflictos y disciplina positiva para padres y maestros.

•   Normas claras: Establecer y aplicar normas justas y consistentes.

•   Corresponsabilidad: Involucrar a los padres en la vida escolar de los hijos.

•   Revisión de políticas: Evaluar y ajustar las leyes periódicamente.

 

Estas estrategias ayudan a equilibrar la protección de derechos y la necesidad de disciplina, promoviendo un entorno saludable y respetuoso.

 

CONCLUSIÓN

El aumento de problemas de conducta entre los adolescentes en Perú, junto con la percepción de impunidad derivada de las leyes de protección, presenta un desafío significativo para las familias, las escuelas y la sociedad en general. Aunque las leyes como la Ley N° 30403 y la Ley 30364 son esenciales para proteger a los menores de la violencia, también han generado debates sobre su impacto en la autoridad parental y la disciplina escolar.

La percepción de los adolescentes sobre estas leyes, interpretándolas como una barrera contra cualquier forma de disciplina, puede llevar a comportamientos desafiantes y a un incremento en los problemas de conducta. Esto afecta no solo la dinámica familiar y escolar, sino también la cohesión social y la seguridad pública.

Para abordar estos desafíos, es crucial implementar estrategias que equilibren la protección de los derechos de los adolescentes con la necesidad de mantener la disciplina y el respeto. La comunicación abierta, el refuerzo positivo y la educación en derechos y responsabilidades son enfoques fundamentales que deben ser promovidos tanto en el hogar como en las escuelas.

Como sociedad, debemos adaptarnos y evolucionar, buscando métodos de crianza y estrategias disciplinarias que no solo protejan a nuestros jóvenes, sino que también fomenten un ambiente de respeto y responsabilidad. Solo así podremos garantizar un futuro en el que los adolescentes puedan desarrollarse plenamente, con valores sólidos y una convivencia sana y armoniosa.

 

 

 REFERENCIAS

 

García, J. (2023). Las leyes de protección de los menores y su impacto en la disciplina familiar. Lima: Editorial San Marcos.

 

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (2022). Informe sobre la violencia infantil en el hogar.

 

Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). (2023). Aumento de la delincuencia juvenil en Perú.

 

Instituto de Estudios Peruanos (IEP). (2023). Percepción de los adolescentes sobre las leyes de protección.

La República. (2022, abril 15). Padre denunciado por maltrato psicológico a su hijo adolescente.

 

López, A. (2022). Derechos y responsabilidades de los adolescentes. Lima: Editorial Andina.

 

Ministerio del Interior (MININTER). (2023). Informe del Observatorio Nacional de la Criminalidad.

Ministerio de Educación (MINEDU). (2023). Reporte de indisciplina escolar en Perú.

 

Pérez, L. (2022). Efectos de la falta de disciplina en la adolescencia. Cusco: Publicaciones Incas.

 

San Marcos, Universidad Nacional Mayor de. (2023). Estudio sobre la percepción de los padres respecto a las leyes de protección infantil.

 

Ley N° 30403. (2015). Prohibición del castigo físico y humillante contra niños, niñas y adolescentes.

 

Ley N° 30364. (2015). Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.

 

Ley N° 27337. (2000). Código de los Niños y Adolescentes.

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