EL CONEJO Y LA TORTUGA
Un conejo y una tortuga hablaban muy enérgicos y airados
sobre lo que habían leído como parte de la tarea que dejó el maestro en la clase de ese día.
El tema de
discusión era el calentamiento global y cada uno tenía una forma diferente de
entender el artículo; mientras la tortuga comprendía de una manera muy superficial el conejo había logrado entender gracias a su basta experiencia y a la
forma como lo relacionaba con el tema, de una manera mucho más profunda.
La tortuga encaraba
al conejo que cuando él explicaba su lectura se salía por la tangente y se
metía en otros asuntos que no tienen nada que ver con el tema en
discusión. Por su parte el conejo
trataba de convencer a su amiga que lo que decía sí tenía sentido y mucho que
ver con el asunto y que si ella no entraba en razón era porque simplemente su
lentitud en todo, no le dejaba ver lo que también decía el texto.
Cada quien quería
tener la razón y ambos se
increpaban que no sabían leer y que
una era lenta y que el otro era presumido y que ninguno daría su brazo a torcer, porque estaban en lo cierto. En ese plan
estuvieron un buen rato hasta que, la
mariposa que los observaba y escuchaba
atentamente intervino y les dijo:
-No entiendo por
qué discuten, cada uno entendió a su manera.
Creo que lo que tienen que hacer
es llevar su punto de vista sobre
el tema y comentárselo al maestro y
estoy segura que él dirá quién tiene la
razón.
Efectivamente al
día siguiente muy temprano llegaron a través de la floresta a la escuela y
encontraron al maestro búho quien les saludo amablemente como de costumbre.
El maestro inicio la actividad y lo primero que les preguntó fue su opinión
sobre el artículo encargado la clase pasada.
Los doce jóvenes entre roedores, felinos, reptiles
comentaron al respecto.
Para sorpresa del
conejo y la tortuga sus compañeros presentaron una idea muy diferente a la de
ellos y eso motivó a la tortuga a realizar al maestro la siguiente pregunta:
-Maestro, de todas
las opiniones vertidas, quien tiene la razón y quién sabe leer, porque creo que
algunos no saben hacerlo.
-Por qué lo dices
tortuga – replicó el búho
-Porque escucho a
muchos decir cosas que no están en el texto que nos indicó y sin embargo lo
comentaron; considero que saliéndose del tema.
Muy bien- dijo el
maestro - me gusta tu reflexión tortuga,
pero, debes entender que lo que cada uno dijo sí tiene que ver con el tema y
nadie se salió por la tangente, lo que pasa es que cada uno tiene una
experiencia diferente de lectura y todo lo que va leyendo lo relaciona con esa
experiencia y es así como lo entiende.
El que no lo diga tal y como está en el texto no significa que no sepa leer, sino que está
viendo lo que hay más allá de esas simples palabras. Detrás de esas palabras,
hay un mundo de información que por cierto no lo podemos ver si es que no hemos
leído algo más. Las palabras que pueden ver a simple vista en
el texto son solamente ventanas que se
abren y que nos invitan a descubrir y conocer
todo lo que el autor nos quiere trasmitir. Sus sueños, su tristeza, su alegría, esperanza, desilusión, fantasía, ideología.
Los que repiten tal y como está en el
texto simplemente no han llegado aún a abrir esas ventanas.
El conejo feliz e
irónico porque lo que el maestro decía
le daba la razón, señaló:
-Maestro, eso
quiere decir que la tortuga no sabe leer y que tampoco ha leído nada.
-No dije eso, glosó
el maestro, la tortuga sabe leer al igual que todos y nos lo ha
demostrado en su comentario. Que le falta
leer un poco más es cierto, como a todos, porque solamente la lectura
constante de cualquier texto hará que ustedes tengan los recursos suficientes
para abordar cualquier tema. Cuanto más
lean más ventanas se abrirán y más conocimiento lograrán.
Muchas gracias
maestro, dijo la tortuga, comprendo que
estaba equivocada y que me falta leer un montón.
Gracias maestro,
dijo también el conejo, nuestra duda está resuelta.
Me alegro –señaló
el maestro- sólo espero que muchas más
dudas surjan en ustedes porque si no dudamos y no nos preguntamos sobre el por qué, para
qué, cómo, cuando, donde de las cosas, nunca conoceremos la verdad.
Autora:
Lic. Erika del Milagro Lozano Flores
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